viernes, 2 de marzo de 2012

Hay alternativas, con permiso

Copiado y pegado.
Si España, que en estos momentos tiene un 9 por ciento de
su población empleada en estos servicios,
públicos tuviera el porcentaje que tiene Suecia (25 por ciento),
tendría como poco 5 millones de puestos de trabajo más de los
que tiene ahora, cifra que es superior, por cierto, al número de
desempleados actual, lo que significa que el desempleo no existiría
en España.
El problema, pues, no es económico, sino político, y ello
aparece con toda claridad cuando se analiza quién paga
impuestos en España, y más concretamente que la mayoría de
su recaudación procede de las rentas del trabajo. La población
que está en nómina paga, en general, unos impuestos que proporcionalmente
son semejantes a los impuestos de sus homólogos
en la Unión Europea de los Quince, y sólo ligeramente inferiores
a los que pagan sus homólogos en Suecia.
El trabajador de Seat, por ejemplo, paga en impuestos el 75
por ciento de lo que paga el trabajador de Volvo. Pero los
españoles ricos y los grupos de gran poder fáctico (banca y gran
patronal) pagan en impuestos sólo el 20 por ciento de lo que
pagan sus homólogos en Suecia. Una circunstancia que sólo se
puede explicar gracias al enorme poder político y mediático de
estos últimos, que impone las políticas fiscales regresivas que,
en gran parte, son las que explican los bajos ingresos al Estado
y la escasa creación de empleo público.
En contra de las falsedades que se vienen diciendo para justificar
el recorte del gasto y del sector público, lo cierto es que
España es uno de los países integrantes de la UE-15 con un sector
público de menor tamaño. Nuestro porcentaje de población
empleada en él sobre el total de población activa era del 12,75
por ciento en 2008 mientras que el de Dinamarca llega al 31,27
por ciento, el de Finlandia al 24,64 por ciento o el de Suecia al
26,2 por ciento en 2007.

3 comentarios:

  1. Lo que demuestra que existe una enorme injusticia que debemos resolver cuanto antes y con la máxima contundencia.

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  2. Si no me equivoco, este es un breve análisis del Profesor Vicenç Navarro a quien admiro profundamente por su calidad humana y científica y que afortunadamente está de nuevo trabajando en España después de muchos años en la diáspora.

    Aboga por la aplicación de la doctrina económica keynesiana como única alternativa para salir de esta situación, absolutamente nefasta para la clase trabajadora. Desgraciadamente, ni el Gobierno del PSOE ni el actual del PP están por la labor de hacer caso de su sensatez y sí a las directrices ultraliberales de las Merkel, Sarkozys y de los que mueven esas y todas las marionetas que ahora 'dirigen' los destinos de Europa. ¿Estoy equivocado respecto a la autoría del análisis?

    Cada uno de sus claros y concisos artículos han sido para mi como una Clase Magistral.

    Ultimamente, por fin está dejando un poco de lado su pragmatismo científico para incidir con más intensidad en los aspectos de pura denuncia social, siempre, claro está desde su visión socioeconómica. Tengo la esperanza de que sea el relevo del muy querido por todos José Luis Sanpedro, aunque, justo es reconocerlo, su personalidad no tiene al magnetismo del ilustre nonagenario pero su coherencia y manifiesto compromiso de toda una vida con las clases menos favorecidas le harán acreedor de la adhesión, respeto y afecto de todos aquellos que le conocen a él y a su obra.

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  3. Ciertamente Pavel, J.L Sanpedro nos dio a los chavales de aquel entonces una conferencia en el instituto, y me quedé prendado por su personalidad, su carácter, y sobre todo por sus palabras.
    Esa conferencia de hace ya mas de 25 años, me influyó bastante.
    Personas así, son imprescindibles en la sociedad.

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