UN EJEMPLO PARA UNA EUROPA EN CRISIS
Ecuador se negó a pagar la deuda y prosperó
Como
España hoy, hace unos años, Ecuador era el país sudamericano que más
parte de su presupuesto consagraba al pago de su deuda soberana. En
2005, Quito atribuyó el 40% del presupuesto público al pago de los
intereses de la deuda mientras los gastos de sanidad y educación se
reducían al 15%. Se satisfacía primero a los acreedores extranjeros, en
detrimento de las necesidades fundamentales de la población. Un
endeudamiento ilegítimo, una dependencia económica y financiera y un
aumento de las desigualdades constituían las principales características
de aquel Ecuador. Ante ese estado de hechos, en noviembre de 2006, a
través de la vía electoral, los ecuatorianos llevaron a Rafael Correa a
la presidencia de la República. Y con él todo cambió.
Al
asumir el cargo en enero de 2007, Rafael Correa preconizó una
“Revolución Ciudadana”, no violenta y democrática, que favoreciera la
integración, la solidaridad y la equidad. Para alcanzar tales objetivos,
era necesario asumir el poder a fin de transformarlo en poder popular,
para provocar cambios en las estructuras desiguales existentes, puesto
que el verdadero desarrollo sólo es posible a través de la modificación
de las relaciones en el seno de la sociedad.
Correa
decidió optar por la vía alternativa de dedicar los fondos estatales al
gasto social y productivo, reduciendo de forma significativa la
proporción del presupuesto asignada al pago de la deuda externa, y
aumentando considerablemente la inversión humana. La realización de esta
política fue posible gracias, en gran medida, a los resultados de la
auditoría de la deuda externa y al rechazo de las deudas consideradas
ilegítimas. Para lograrlo, Ecuador tuvo que atravesar un camino plagado
de obstáculos.
En
el periodo de 1982 a 2006, la deuda externa en su totalidad (privada y
pública) no hizo más que aumentar. Las ligeras “correcciones” derivadas
de las diferentes condonaciones y renegociaciones nunca llegaron a
frenar su vertiginoso ascenso, que pasó de 241 millones de dólares en
1970 a 17.000 millones de dólares en 2006. Representó como media, en el
conjunto del mismo periodo, casi el 61% del producto interior bruto
(PIB). Ecuador padecía entonces una verdadera hemorragia: si se calcula
la diferencia entre las sumas recibidas de los prestamistas extranjeros y
las sumas reembolsadas, se constata que la transferencia neta respecto a
la deuda era negativa.
En
ese periodo, más de 13.500 millones de dólares salieron de Ecuador para
reflotar a los diferentes acreedores extranjeros. Así pues, esa lacra
se fue transformando en un instrumento de dominación y de expolio de los
países deudores, concebido por y para los países acreedores y las
instituciones financieras internacionales. Además, Quito transfirió más
de mil millones de dólares a los organismos multilaterales –Banco
Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Banco de desarrollo de
América Latina, Fondo Monetario Internacional– y, sin embargo, su deuda
aumentó.
Los
intereses de la deuda representaban, en 2004, el 145% de los ingresos
fiscales petroleros y, en 2006, el 200%... Si esta tendencia se hubiera
mantenido, Ecuador hubiera agotado sus reservas petroleras en 25 años
sin haber invertido esa riqueza en apoyar su desarrollo. Por otra parte,
sólo el 14% de las sumas prestadas entre 1989 y 2006 se utilizaron para
proyectos de desarrollo (agua potable, energía, irrigación,
transportes, telecomunicaciones, infraestructura social y apoyo a las
empresas). El 86% restante sirvió para devolver el capital y los
intereses de la deuda externa.
El
presidente Rafael Correa se comprometió a poner fin a semejante círculo
vicioso del pago de la deuda y de acuerdos para la refinanciación de
todo tipo. Para ello, creó la “Comisión para la Auditoría Integral del
Crédito Público” (CAIC) el 7 de julio del año siguiente. El Gobierno
pretendía de ese modo impulsar la identificación de las deudas
ilegítimas, tanto con los acreedores multilaterales (BM, FMI, BID) como
con los acreedores bilaterales. En base a los resultados de la
auditoría, Ecuador renegociaría entonces el pago de la deuda externa.
Decidió no pagar las deudas que no hubieran beneficiado a la población o
que se hubieran contraído de forma fraudulenta, y emprender acciones
jurídicas contra los responsables de la situación de endeudamiento.
La
posición de Correa fue clara: la deuda externa se pagará en la medida
en que no afecte a las prioridades del desarrollo nacional. Posición que
no excluye la opción de una moratoria si la situación económica lo
exige. El Gobierno se posicionó así como “país acreedor” frente a una
deuda ya ampliamente pagada y de la cual una buena parte era ilegítima,
lo que justificaba su no devolución.
Un
ejemplo de deuda ilegítima fue la decisión del Gobierno noruego de
anular la deuda ecuatoriana. A finales de los años 1970, la industria
noruega de construcción naval se encontraba en mala situación. Oslo
decidió poner en marcha una “Campaña de exportación de navíos” y se
aprobaron numerosos préstamos sin considerar la realización efectiva de
los proyectos previstos ni la capacidad de reembolso de los países
deudores. De los 36 proyectos concluidos con 21 países, sólo dos
consiguieron satisfacer su deuda. Ecuador fue uno de los países que no
llegó a hacerlo. Gracias a la presión de activistas por la anulación de
la deuda tanto en Noruega como en Ecuador, el Parlamento y el Gobierno
noruegos terminaron por tomar conciencia de que tales actuaciones eran
inadmisibles. El 2 de octubre de 2006, el ministro noruego de Desarrollo
Internacional anunció la anulación de la deuda para los países que,
como Ecuador, aún debían entonces 36 millones de dólares.
Las
renegociaciones con los acreedores internacionales habían empezado en
1983 cuando la deuda comercial de las empresas privadas ecuatorianas
pasó a ser responsabilidad del Estado, ya que éstas no tenían recursos
para cumplir con sus obligaciones económicas (como pasa hoy en España
con los bancos). El proceso de renegociación conoció diversas
peripecias, pero las cosas no cambiaron realmente hasta que, en 2007,
siete meses después de su elección, el presidente Correa decidió crear
la CAIC. Las conclusiones mostraron que numerosos préstamos habían sido
concedidos violando reglas elementales del derecho internacional.
Como
ocurre hoy en Grecia, en Portugal o en España, esas condiciones de
crédito aceptadas obligaron a Ecuador a iniciar reformas estructurales
que garantizaran modelos de pago de la deuda, en detrimento del
crecimiento económico y de los derechos sociales de la población.
Se
llegó así a la sexta renegociación, en noviembre de 2008. Quito decidió
suspender el pago de títulos de deuda con fecha de vencimiento, algunos
para 2012, y otros para 2030. Rafael Correa propuso una
reestructuración de la deuda, no por falta de dinero, sino porque
existían indicios de ilegitimidad y de ilegalidad de la deuda. El
Presidente Correa señaló que la renegociación debía tener en cuenta, no
sólo las exigencias de los acreedores, sino también las demandas del
Gobierno, tomando ante todo en consideración las posibilidades de pago
del país, únicamente después de haber satisfecho las necesidades
sociales del pueblo.
En
junio de 2009, Ecuador consiguió readquirir títulos de deuda por valor
de 3.200 millones de dólares por sólo 900 millones de dólares, es decir,
con una reducción de entre un 65% y un 70% de su valor. Si tenemos en
cuenta los intereses que Ecuador ya no tendrá que pagar, puesto que ha
comprado títulos que vencen en 2012 y en 2030, el Tesoro Público ahorró
en torno a 7 280 millones de dólares para los próximos 21 años. Esto ha
permitido encontrar nuevos medios financieros y aumentar el gasto social
en la sanidad, la educación, la ayuda social y el desarrollo de
infraestructuras de la comunicación.
Como
consecuencia, la deuda de Ecuador descendió de 17.475 millones de
dólares en 2008 a 13.686 millones en mayo de 2011, lo que representa una
reducción de 3.789 millones de dólares. El saldo de la deuda externa
pública fue restablecido a 8.705 millones, mientras que el de la deuda
privada quedó en 4.981 millones.
Esta
actitud original y soberana del Gobierno responde a preceptos precisos
inscritos en la nueva Constitución ecuatoriana aprobada por sufragio
universal en septiembre de 2008. En especial, el artículo 290 somete
todo endeudamiento futuro a las siguientes reglas:
1.
Se recurrirá al endeudamiento público sólo cuando los ingresos fiscales
y los recursos provenientes de la cooperación internacional sean
insuficientes.
2.
Se velará para que el endeudamiento público no afecte a la soberanía,
los derechos, el buen vivir y la preservación de la naturaleza.
3.
Con endeudamiento público se financiarán exclusivamente programas y
proyectos de inversión para infraestructuras, o que tengan capacidad
financiera de pago. Sólo se podrá refinanciar deuda pública externa,
siempre que las nuevas condiciones sean más beneficiosas para Ecuador.
La
no devolución de la deuda decidida por Rafael Correa, le ha permitido a
Ecuador ahorrar casi 7.000 millones de dólares (intereses incluidos),
que se han reinvertido en el ámbito social.
Por
otra parte, entre 2006 y 2011, el porcentaje del presupuesto estatal
dedicado a la devolución de la deuda pasó del 24 al 7%, mientras que el
relativo a los gastos sociales aumentó del 12 al 25%. Además, el
crecimiento del PIB alcanzó una media del 4% desde 2006 y de un 7,8% en
2011, lo que permitió financiar el aumento de los salarios, las
pensiones y la mejora general de las condiciones de vida.
En
mayo de 2010, a raíz de un encuentro con el ex primer ministro griego
Yorgos Papandreu, Rafael Correa le aconsejó, pero en vano, que Atenas
dejase de pagar su deuda. Le explicó en términos simples pero
significativos: “Es la lógica financiera: te caíste, me pagas más y más
caro. Cuando la lógica del desarrollo tendría que ser: te caíste, pues
te levanto y después ya veremos cómo nos arreglamos”. Reiteró este
consejo el 8 de octubre de 2011 a los países europeos afectados por la
“crisis de la deuda”, que no es más que un pretexto para la
implementación de políticas austeritarias.
Si
analizamos las medidas regionales, coherentes con las políticas
mencionadas, se puede destacar que en marzo de 2007, siete países de
UNASUR (Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Brasil y
Uruguay) decidieron restablecer márgenes de maniobra creando el Banco
del Sur, una institución financiera que dispondrá de una parte de las
inmensas reservas –entre 7.000 y 20.000 millones de dólares– para el
desarrollo del continente.
Y
Ecuador añadió otros dos pilares a la nueva arquitectura financiera
regional con la Declaración de Quito de mayo de 2007. Propone la
creación de un fondo de estabilidad regional, el Fondo del Sur, y una
unidad de cuenta común que abra el camino a la futura unión monetaria
sudamericana. De ahí el SUCRE, o Sistema Unitario de Compensación
Regional de Pagos, boceto de una moneda común.
Tras
cinco años de Revolución Ciudadana, Ecuador ha logrado encontrarse por
primera vez en una situación que le permite realizar una distribución
adecuada de la renta y la riqueza, promover la producción nacional, la
integración regional, el respeto a los derechos de los trabajadores y la
estabilidad económica.
Aunque
todavía quedan objetivos por alcanzar, las cifras de la revolución
productiva y económica son reveladoras de un cierto optimismo. El paro y
los contratos precarios se han reducido, la pobreza ha disminuido.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
Ecuador es el segundo país de la región que más ha reducido su índice de
pobreza, que ha caído 9 puntos situándose en un 28,6%. En 2011, 650.000
personas salieron de la pobreza.
Gracias
al crecimiento económico y a la gestión responsable de las finanzas, la
deuda pública en relación al PIB ha descendido a su nivel más bajo en
la historia. En octubre de 2011, se situaba en un nivel del 22% (14% de
deuda externa y 8% de deuda interna). Ecuador ha conseguido imponerse a
la deudocracia. Y ya no está en venta.
Por CARLOS JÁTIVA, Embajador de Ecuador en París
http://www.monde-diplomatique.es/?url=mostrar/pagLibre/?nodo=c0c9a682-d412-4501-9cfd-cb6874237206