sábado, 31 de marzo de 2012

Entrevista a Ramon Reig, doctor en Ciencias de la Información y catedrático en la Universidad de Sevilla: Los medios del mercado no respetan la voluntad popular


AVN


A principios de 2003, Ramón Reig estuvo en Venezuela, atendiendo una invitación del Gobierno nacional al Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) de Valencia, España. Lo acompañaron economistas, especialistas en derecho constitucional, mientras que él venía como investigador de la comunicación social. Se reunieron con políticos, militares, ministros y finalmente con el presidente Hugo Chávez, en lo que consideró una “jornada de trabajo maratoniana”; sin embargo, pidieron reunirse con la oposición, que en ese momento estaba en pleno sabotaje petrolero, pero ésta se negó a reunirse con los especialistas.“El país estaba casi en un estado de guerra. En Altamira había un alzamiento militar”, recuerda con asombro Reig, quien regresó ahora a Caracas para dictar unas conferencias sobre las investigaciones de sus más recientes libros, Los dueños del periodismo y Todo mercado, en la VIII Feria Internacional del Libro de Venezuela.
Cuando visitó el canal público Venezolana de Televisión en 2003, lo desconcertó la pobreza en que se encontraban sus equipos y aconsejó “hacer una transformación, si quieren hacer frente a los grandes monopolios mediáticos”.
–¿Qué vio en los medios privados?
–Me impresionó, al sintonizarlos, que estaban llamando al golpe de Estado, a la insurrección popular, incluso por parte de los periodistas, que es algo inconcebible en el periodismo. Era una toma de postura y un estímulo a la violencia.
–Lo que sucedió en Venezuela, ¿cómo es visto eso en Europa?
–Es fatalmente visto, sólo que eso no se cuenta. Apenas en círculos cerrados; por eso, en Europa, Hugo Chávez es considerado un dictador. Yo sólo digo hechos objetivos: un señor que llega al poder por el voto de las personas. Las personas pueden equivocarse o no, pero lo han votado, como votaron a (George W.) Bush, quien además hizo trampas, mejor dicho, no estaba clara la segunda vuelta, pero llegó al poder y estableció los destinos del mundo. Por tanto, las críticas habrá que hacerlas de otra manera y no llamando a la insurrección.
–¿El periodismo venezolano oculta algo?
–No sólo el venezolano, en el periodismo en general se censura y se autocensura.
–¿En qué consiste esa autocensura?
–En que los periodistas que trabajan en sus respectivas empresas saben cuál es el umbral que no deben traspasar, que es conocer el catecismo de la empresa y los intereses que tiene detrás. Por mucho que me vendan “libertad de prensa”, no es cierto, porque ellos saben cuáles son los temas intocables.
El poder soy yo
Reig, doctor en Ciencias de la Información y catedrático en la Universidad de Sevilla, considera que los medios se dirigen a su público y han dejado de considerar a éste último como “pobrecito”, aunque es consciente de la manipulación que se ejerce a través de estos aparatos de la comunicación.
–En Venezuela no es un asunto de marketing el mantener un público, sino de derrocar a un Gobierno constitucional, como observaste hace ya una década.
–Hay de todo, claro, y los medios de comunicación mercantiles no son el contrapoder, como se suele decir. Son el poder. En Venezuela hay un poder político, pero no es el poder.
–¿Quién tiene el poder?
–El mercado. Ese es el poder que está arrodillando a todos los políticos europeos, que está demostrando quién manda. Es distinto gobernar que mandar. Se puede gobernar, pero no mandar, y se puede mandar sin estar gobernando. Partamos de la base de que los medios de comunicación comerciales son una parte del poder. Porque si entendemos que el poder son los mercados, y estos tienen nombres y apellidos, instituciones financieras, empresas, magnates, que son quienes invierten en los medios de comunicación, entonces los medios son una parte del poder. Son, en esencia, sus voceros.
–Reproducen su sistema.
–Esa es su obligación, porque la obligación de todo poder es seguir siendo poder todo el tiempo que pueda, y para ello necesita el elemento mediático que construya en los ciudadanos una mentalidad a su servicio. No sólo la prensa, también la publicidad, el cine: estamos hablando de una industria que es la comunicación que está dentro del mercado. Por tanto, no podemos hablar de un contrapoder, porque el poder es el mercado, y tampoco los medios de comunicación son el cuarto poder, sino una parte del primero, porque es una actividad económica.
–Si el mercado es el poder, ¿por qué los medios defienden la democracia?
–La democracia, a mi juicio, es una entelequia. Es una idea que se necesita mitificar para hacer en nombre de ella una serie de cuestiones. Occidente –me refiero a la ideología de mercado– impone la idea de democracia coincidente con el pluripartidismo, con el pluralismo informativo, pero cuando uno va profundizando encuentra que esa idea de democracia por lo menos hay que ponerla en cuarentena, porque el pluripartidismo no es tal; en realidad, hay un bipartidismo en casi todos los países, que no es sustancialmente plural, sino que es aparentemente plural. Está creado para ceder el poder político a quienes son partidarios del mercado, que no lo cuestionen. Y de allí que cuando llegan políticos que verdad lo cuestionan, entonces se tienen que atener a las consecuencias, porque el poder del mercado lógicamente reacciona contra ese virus que se ha colado, reacciona con sus anticuerpos, que son, entre otros, lo mediático.
–¿Y pluralismo informativo?
–Eso es falso, porque una misma empresa puede poner en el mercado un periódico supuestamente de izquierda y una emisora de televisión o de radio supuestamente de derecha. Así como Rupert Murduch, que tiene acciones tanto en el periódico inglés The Sun, que es “sensacionalista”, como en el estadounidense The Times, que es “sesudo”. El diario francés Libération, que en otro tiempo era el portavoz de la revolución del 68, hoy tiene detrás a la banca. En España acaba de cerrar el periódico, supuestamente de izquierda, Público, y era propiedad de una multinacional de la publicidad anglosajona. El mercado es tremendamente hábil. Si detecta que hay un público de izquierda, le pone un medio de comunicación. Sin embargo, le teme a la izquierda realmente revolucionaria, transformadora, que quiere terminar con él, con el mercado. Lo que existe en Venezuela es un poder político que quiere terminar con el mercado, y el mercado, que es otro poder, no se deja. Y cada uno con sus medios de comunicación.
–¿Se quiere eliminar el mercado en Venezuela?
–Eso se observa. La política oficial de Venezuela dice que van hacia un socialismo y no es uno de Felipe González, que es aceptado por el sistema de mercado e incluso, implantado y ayudado por ese sistema. Sin embargo, yo no creo que ayuden a Hugo Chávez los mismos que lo hacen con González.
De la desinformación al estupor
Prefiere hablar como catedrático, con base en sus investigaciones y en su experiencia periodística. A pesar de su dilatada experiencia, no deja de sorprenderse de la falta de contraste y de las tomas de posición que ejercen los periodistas al presentar sus “informaciones”. Es por ello que concluye que los medios han marcado una terrible influencia sobre los ciudadanos a la hora de formarse una opinión desfavorable sobre Venezuela y en especial sobre Hugo Chávez. “La gente repite lo que le dicen los medios de comunicación”, sentencia sobre lo que ocurre en España.
–La información llega distorsionada.
–Tan distorsionada que la prensa española se alegró enormemente cuando Chávez sufrió el golpe de Estado. Se alegró el país, se alegró el mundo, y no es que lo esté diciendo yo, porque tengo los titulares: “Euforia en los mercados”, “Baja el precio del petróleo”, y después, cuando Chávez es restituido dos días después, los titulares eran: “Estupor en Europa”, porque Hugo Chávez ha vuelto al poder.
–¿Estupor?
–Estupor, estupor, con esa palabra: estupor. Así tituló el diario El País de España. Y no solamente con Chávez: cuando Lula da Silva iba a ganar las elecciones en Brasil, los financieros declararon que aunque ganara, tendría que someterse a lo que dijeran los mercados. Es una auténtica desfachatez, son unos delincuentes, porque no respetan la voluntad popular. Como el caso del financista que dijo, en una entrevista televisada, que esperaba que las cosas en el mundo se pusieran peor, para él poder enriquecerse más. Y nadie ha detenido a ese señor, ni lo están juzgando. ¿Cómo alguien puede decir semejante barbaridad y quedarse tan tranquilo? Y luego, a personas que llegan al poder por las urnas, las tratan como las tratan en los medios, mientras que nada hacen contra este señor que es un terrorista.
–¿Cómo debe responder ante estos casos el periodismo?
–Editorializando. Ese señor con sus declaraciones deberá responder ante un juez y la prensa debe reaccionar con campañas.
–Pero si los medios son parte del mercado, ¿cómo es posible que lo denuncien?
–Los medios de comunicación del mercado necesitan de vez en cuando llevar a cabo unas maniobras que se denominan “autolegitimación de los medios”, que es la excepción que confirma la regla: de diez columnistas que tengo en un medio de comunicación, uno tiene que ir un poco en contra mía para poder decir que soy plural y democrático. Pues entonces, de vez en cuando lanzas un mensaje que parezca que va contra ti mismo, cuando en realidad lo que hace es fortalecerte.
–Es muy desesperanzador este juego perverso.
–Es la realidad. No pasa nada.
DISFUNCIONALIDAD DE LOS MEDIOS NACIONALES
–¿El mercado es el discurso oficial?
–Claro. Y además se identifica la democracia con el mercado. Si no hay uno, no existe lo otro.
–¿Eso no es una contradicción?
–Me parece que sí. Con el hecho mismo de que exista mercado, el ser humano deja de ser tan libre, porque si tienes una serie de intereses, los defiendes por encima de la sociedad. Lo que pasa es que llegó Adam Smith y dijo que así es como el ser humano se desarrolla: gracias a su egoísmo, que supuestamente crea puestos de trabajo, y el mercado se va autorregulando. La realidad ha mostrado a dónde ha llevado esa ideología: a la destrucción. Y ahora mismo, para el mercado el ser humano no tiene ninguna importancia cuando llega la hora de eliminar empleos, sin importar que tras una persona haya familias, niños. Y lo peor, los políticos que elegimos no detienen esta situación, con lo cual la gente reacciona de alguna manera: no yendo a votar, absteniéndose.
–Después de tantas elecciones ganadas por Chávez, ¿los medios de comunicación comerciales han perdido crédito con sus mensajes?
–En el caso de Venezuela, desde el punto de vista de la comunicación, existe una disfuncionalidad. Lo normal es que gane quien tiene consigo los medios de comunicación. Pero eso no ocurre siempre y es una esperanza para la humanidad, porque eso significa que no estamos en 1984 (novela de George Orwell) ni en Un mundo feliz (de Aldous Huxley). Ya la gente tiene soportes de reacción. ¿Por qué los medios siguen sin confiar en Hugo Chávez? Porque sigue construyendo un país socialista revolucionario y eso excluye al poder del mercado.
–Eso fue lo que ofreció Chávez en su campaña electoral.
–Él no hace más que aplicar su programa electoral. Lo que pasa es que estamos acostumbrados a que los políticos prometen unas cosas en la campaña electoral y luego no lo cumplen. Caso contrario sucede con Chávez, que por lo menos la esencia, de transformar la sociedad, la está cumpliendo.

Pino Solanas Memoria del Saqueo de Argentina

Documental
http://www.youtube.com/watch?v=ZI5UdRMntVk

Extorsión, pura extorsión del BCE

El BCE urge a España a aplicar los ajustes con “legislación de emergencia”.

Guindos arremete contra los “planteamientos absurdos” que invitan desde Bruselas a pedir ayuda al fondo de rescate para la banca.

España es el gran riesgo, el país que puede desencadenar un nuevo capítulo de la crisis fiscal europea.

En un movimiento inaudito que pone de manifiesto ese secreto a voces, el Banco Central Europeo (BCE), la institución que lleva las riendas de la respuesta europea a la crisis, instó este viernes al Gobierno español a tramitar por la vía rápida los Presupuestos de 2012.

Europa quería un ajuste rotundo, y ahora lo quiere deprisa: “Es preferible que el presupuesto se tramite con legislación de emergencia”, explicó este viernes en Copenhague el alemán Jorg Asmussen, miembro del comité ejecutivo del Eurobanco, el sanedrín que decide los tipos de interés, la barra libre de liquidez para la banca y la titubeante compra de bonos de los países con problemas cuando las cosas se desmadran en los mercados de deuda.

Las cuentas públicas llegarán al Congreso el próximo martes, y los trámites parlamentarios podrían demorar la aplicación de los recortes de gastos y las subidas de impuestos hasta bien entrado el mes de junio: apenas medio año para usar la tijera y recortar el déficit del 8,5% al 5,3% del PIB.
Eso, en condiciones normales.
La prueba de que las condiciones de España son extraordinarias son las prisas del BCE: “El presupuesto es satisfactorio”.
Pero es preferible que las nuevas medidas se pongan en marcha tan pronto como sea posible, antes de junio, para que tenga el máximo impacto en 2012”, dijo Asmussen, que fue uno de los principales asesores económicos de la canciller Angela Merkel en el Ejecutivo alemán y ha aprendido a toda velocidad la retórica tradicionalmente dura, severa, de los banqueros centrales germanos.

El BCE tiene el problema perfectamente identificado: además de la vía urgente, quiere tener de inmediato toda la información “sobre cómo se van a reducir los déficit de las comunidades autónomas”.
Es preferible que el presupuesto se tramite con legislación de emergencia
Jorg Asmussen, miembro del comité ejecutivo del Eurobanco
España está por la labor, pero es evidente que esa presión no agrada al Ejecutivo.
Independientemente de lo que diga el BCE”, replicó el ministro de Economía Luis de Guindos, “los presupuestos demuestran el compromiso con la austeridad”.
Eso sí, “hay una serie de trámites parlamentarios que se pueden acortar”, concedió.
El examen a España no se detiene.

Después del desafío lanzado por el presidente Mariano Rajoy sobre el objetivo de déficit apelando a la “soberanía nacional”, el Eurogrupo impuso al Gobierno un recorte mayor del que esperaba.

Ahora es el BCE quien trata de acelerar su aplicación.
Ya con el anterior Ejecutivo de Zapatero el BCE reclamó por carta –una carta que, por otra parte, nunca apareció-- reformas ambiciosas a cambio de rebajar la presión en los mercados con la compra de deuda pública.

El papel del BCE es fundamental para España: los bancos españoles han acudido de forma masiva a la barra libre de liquidez, que indirectamente consiguió rebajar la prima de riesgo durante meses.

Sin esa respiración asistida, los problemas están asegurados.

Ahora la presión ha vuelto y los intereses de la deuda han escalado en torno a medio punto en el último mes, y a cambio de la respiración asistida para los bancos el BCE exige “legislación de emergencia” para los Presupuestos del Estado.

La salud de los bancos es una de las grandes preocupaciones tanto en Fráncfort como en Bruselas: en los últimos días una alta fuente comunitaria aconsejó al Gobierno que no descarte pedir ayuda al fondo de rescate si los precios de la vivienda se desploman y la banca necesita un colchón de capital adicional.

“Me parece impensable ese tipo de planteamiento absurdo”, zanjó Guindos, visiblemente molesto por la mera posibilidad de que alguien en Bruselas se plantee que España pueda necesitar acudir al cortafuegos.

Esa eventual medida “nunca ha estado sobre la mesa del Gobierno; la Comisión Europea nunca la ha planteado”, dijo el ministro.
Guindos considera que las provisiones extra que ha pedido el Ejecutivo a la banca, 52.000 millones de euros, “se basan en estimaciones realistas que aproximarán la valoración irreal de los activos inmobiliarios a una valoración de mercado”.

Los capitanes de Bruselas y Fráncfort, de visita en Copenhague para el Ecofin informal que organiza la presidencia danesa de la UE, parecían este viernes medianamente satisfechos con España y sus presupuestos, que Guindos defendió como “los más austeros en muchos, muchos años”.

A los socios europeos les gustó la música de los recortes españoles, aunque el grado de apoyo es variable; voluble.

“La situación de España es difícil”, dijo este viernes el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.
“Es muy difícil”, terció el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn.

“España ha mostrado su determinación con las reformas y los recortes”, abundó Rehn, que esperará hasta la semana que viene para hacer una evaluación de los Presupuestos.

Las piezas empezaban a encajar en Europa y algunos de sus líderes han anunciado que lo peor ha pasado ya en las últimas semanas.
Demasiado pronto para cantar victoria; ese es un mal común en política.

Una pieza sigue sin ajustarse: la marca España chirría en los mercados y está bajo vigilancia en Bruselas.

A la lupa de Comisión, que enviará una misión a Madrid dentro de 15 días, se suma ahora la de Fráncfort.

Palabras mayores. “El BCE, una institución supuestamente independiente, se mete en política cuando insta, apremia a acortar plazos que están perfectamente tasados en el trámite parlamentario.

Pero cuidado: es el BCE”, explicaron fuentes diplomáticas en Bruselas.

Entrevista al pensador egipcio Samir Amin: El mundo visto desde el Sur


Alainet


Esta entrevista está compuesta de tres partes: 1) El mundo visto del Sur, 2) La implosión del capitalismo y 3) Estrategias imperiales y luchas políticas. Samir Amin es autor de una voluminosa obra de análisis crítico del capitalismo y de innovadoras tesis, tales como la de la 'desconexión' y la de la 'implosión' del capitalismo, a las cuales se refiere en esta entrevista.

IL: Quisiéramos enfocar este intercambio en tres problemáticas distintas pero relacionadas: su visión del mundo y las posibilidades de cambiarlo; su propuesta conceptual y política en torno a la implosión del capitalismo y la desconexión del mismo; y el análisis del contexto mundial, visto especialmente desde el Oriente medio y África. ¿Cuál es su visión del mundo visto desde el Sur y desde una perspectiva del sur?


SA: Para responder esta pregunta, que no es nada sencilla, es necesario dividir el tema en 3 partes. Nos interrogaremos primeramente sobre cuáles son las características importantes y decisivas del capitalismo contemporáneo −no del capitalismo en general, sino del contemporáneo−; qué tiene de nuevo realmente; qué es lo que le caracteriza. En segundo lugar enfocaremos la naturaleza de la actual crisis que, más que una crisis, yo la defino como una implosión del sistema capitalista contemporáneo. En tercer lugar, en este mismo marco, analizaremos cuáles son las estrategias y las fuerzas reaccionarias dominantes, es decir, del capital dominante, de la triada imperialista Estados Unidos-Europa-Japón y de sus aliados reaccionarios en el mundo entero. Solamente habiendo comprendido esto, podremos dimensionar el desafío al que se enfrentan los pueblos del Sur, tanto en los países emergentes como en el resto de países.

Mi tesis sobre la naturaleza del sistema capitalista contemporáneo −que de modo más modesto la llamaré «hipótesis» porque está abierta a discusión−, es que hemos entrado en una nueva fase del capitalismo monopólico, se trata de una etapa cualitativamente nueva, pautada por el grado de centralización del capital, cuya condensación llega a tal punto que, hoy en día, el capital monopolico lo controla todo.

Claro que el concepto ‘capital monopólico’ no es nuevo, fue acuñado a fines del siglo XIX y, de hecho, este se desarrolló como tal, a través de distintas fases sucesivas, durante todo el siglo XX; pero es a partir de los años 1970-1980 que despunta una etapa cualitativamente nueva, pues antes existía pero no lo controlaba todo. En la actualidad, ya no existe ninguna actividad económica capitalista que sea autónoma o independiente del capitalismo monopólico, este controla todas y cada una de las actividades, aún aquellas que conservan una apariencia de autonomía. Un ejemplo, de entre muchos, es el de la agricultura en los países capitalistas desarrollados, donde es controlada por los monopolios que proveen los insumos, las semillas seleccionadas, los pesticidas, los créditos y las cadenas de comercialización.

Eso es decisivo, es un cambio cualitativo al que yo llamo de «monopolio generalizado», es decir, que se extiende a todas las esferas. Esta característica provoca consecuencias sustantivas e importantes. En primer lugar, se ha desvirtuado completamente la democracia burguesa, pues si antes se fundamentaba en una oposición izquierda-derecha, que correspondía a alianzas sociales, más o menos populares, más o menos burguesas, pero diferenciadas por sus concepciones de la política económica, en la actualidad, en Estados Unidos, por ejemplo, republicanos y demócratas, o en Francia socialistas de la corriente de Hollande y la derecha de Sarkozy, son lo mismo, o casi lo mismo. Es decir que todos están alineados a un consenso que es el mandato del capital monopólico.

Esa primera consecuencia constituye un cambio en la vida política. La democracia así desvirtuada, se ha convertido en una farsa, como se ve en las elecciones primarias de Estados Unidos. El capital monopolista generalizado ha provocado consecuencias muy graves, ha convertido a los Estados Unidos en una nación de ‘tontos’, es grave porque la democracia ya no se expresa.

La segunda consecuencia es que el ‘capitalismo generalizado’ es la base objetiva de la emergencia de lo que llamo de «imperialismo colectivo» de la triada Estados Unidos-Europa-Japón. Es un punto que afirmo con vehemencia, pues aun siendo una hipótesis estoy en capacidad de defenderla: no hay mayores contradicciones entre Estados Unidos-Europa-Japón, existe una ligera competición en el plano comercial, pero en el plano político, el alineamiento con las políticas definidas por Estados Unidos como política mundial, es inmediato. Lo que llamamos «comunidad internacional» copia el discurso de los Estados Unidos y tres minutos después aparecen los embajadores europeos, con algunas comparsas de grandes demócratas, como el emir de Catar o el rey de Arabia Saudita. La ONU no existe, esa representación de los Estados es una caricatura.

Es ésta la transformación fundamental, la transición del capitalismo monopólico al ‘capitalismo monopólico generalizado’, lo que explica la financiarización, porque estos monopolios generalizados son capaces, debido al control que detentan sobre todas las actividades económicas, de bombear una parte cada vez más grande de la plusvalía en todo el mundo y convertirla en la rampa monopolista, la rampa imperialista, que constituye la base de la desigualdad y del estancamiento del crecimiento de los países del Norte y de la triada Estados Unidos-Europa-Japón.

Eso me lleva al segundo punto: es este sistema que está en crisis y, más aún, no es solamente una crisis: es una implosión, en el sentido de que este sistema no es capaz de reproducirse desde sus propias bases, es decir, es víctima de sus propias contradicciones internas.

Este sistema implosiona, no porque sea atacado por el pueblo, sino a causa de su éxito, el éxito de haber logrado imponerse en el pueblo le lleva a provocar un crecimiento vertiginoso de las desigualdades, que no solamente es escandaloso socialmente sino que es inaceptable, pero termina siendo aceptado, y aceptado sin objeción; pero no es esa la causa de la implosión, sino el hecho de que no pueda reproducirse desde sus propias bases.

Eso me lleva a la tercera dimensión, que tiene que ver con la estrategia de las fuerzas reaccionarias dominantes. Cuando hablo de fuerzas reaccionarias dominantes me refiero al capital monopólico generalizado de la tríada imperialista histórica Estados Unidos-Europa-Japón, a las que se suman todas las fuerzas reaccionarias alrededor del mundo que se agrupan, de una forma u otra, en bloques hegemónicos locales, que sostienen y se inscriben en esta dominación reaccionaria mundial. Estas fuerzas reaccionarias locales son extremadamente numerosas y difieren enormemente de un país al otro.

La estrategia política de las fuerzas dominantes, es decir, del capital monopólico generalizado, financiarizado, de la tríada imperialista colectiva histórica tradicional: Estados Unidos-Europa-Japón, está definida por su identificación del enemigo. Para ellos, el enemigo son los países emergentes, es decir, China, el resto, como India, Brasil y otros, son para ellos semiemergentes.

¿Por qué China? Porque la clase dirigente china tiene un proyecto, no voy a entrar en detalles sobre la naturaleza socialista o capitalista de este proyecto, lo importante es que cuenta con un proyecto, que consiste en no aceptar los mandatos del capital monopolista generalizado financiarizado de la tríada, que se impone mediante sus ventajas: control de la tecnología, control del acceso a los recursos naturales del planeta, de los medios de comunicación, la propaganda, etc., control del sistema monetario y financiero mundial integrado y de las armas de destrucción masiva. China viene a cuestionar este orden, sin hacer ruido.

China no es subcontratista, hay sectores en China que lo son, en su calidad de fabricantes y vendedores de juguetes baratos y de mala calidad, solo porque necesitan echar mano de divisas, eso es fácil, pero no es eso lo que caracteriza a China, sino su desarrollo y la rápida absorción de tecnología de punta, su reproducción y desarrollo propio. China no es el taller del mundo, como opinan algunos. No es «made in China» (hecho en China) sino «made by China» (hecho por China), eso ahora es posible porque ellos hicieron una revolución: el socialismo construyó paradójicamente la vía que hizo posible disputar un cierto capitalismo.

Yo diría que después de China, el resto de países emergentes son secundarios. Si tuviera que calificarlos, calificaría de emergente a China con 100%, Brasil 30% y el resto de países 20%. El resto, en comparación con China, son subcontratistas, porque tienen negocios de subcontratación importantes, porque tienen un margen de negociación, hay un compromiso entre el capital monopolista generalizado financiarizado de la tríada y los países emergentes como India y Brasil y otros. No pasa lo mismo con China.

Por eso la guerra contra China figura como parte de la estrategia de la ‘triada’. Hace 20 años había ya estadounidenses locos que defendían la idea de declararle la guerra, porque después sería muy tarde.

Los chinos tuvieron éxito, es por eso que su política exterior es tan pacífica, y ahora Rusia entra a formar parte, junto a ellos, de la categoría de verdaderos países emergentes. Vemos a Putin, planteando la modernización del ejército ruso, intentando rehacer lo que era la armada soviética, que constituyó un verdadero contrapeso a la potencia militar de los Estados Unidos, esto es importante. No discuto aquí sobre el hecho de que Putin sea o no demócrata, o si su perspectiva es socialista o no; no se trata de eso, sino de la posibilidad de contraponer al poder de la triada.

El resto del mundo, el resto del Sur, todos nosotros, ustedes los ecuatorianos, nosotros los egipcios, y muchos otros, no contamos. Al capitalismo monopólico colectivo, nuestros países apenas le interesan por una sola razón: el acceso a nuevos recursos naturales, porque este capital monopólico no puede reproducirse sin controlar, despilfarrar los recursos naturales de todo el planeta. Es lo único que les interesa.

Para garantizarse un acceso exclusivo a los recursos naturales, los imperialistas necesitan que nuestros países no se desarrollen. El ‘lumpendesarrollo’, como lo definió Andre Gunder Frank, se dio en circunstancias muy distintas, pero tomo prestado el término ahora en condiciones diferentes, para describir cómo el único proyecto del imperialismo para nosotros es el no-desarrollo. Desarrollo de lo anómalo: pauperización más petróleo, crecimiento falso, o gas, madera, o lo que sea, para tener acceso a los recursos naturales y es eso lo que está a punto de implosionar, porque es lo que se ha vuelto intolerable moralmente, el pueblo no lo acepta más.

Es aquí donde se generan las implosiones, las primeras olas de implosión se originaron en América Latina, y no es producto del azar que hayan tenido lugar en países marginales, como Bolivia, Ecuador, Venezuela. No es producto del azar. Luego, la primavera árabe, ya tendremos otras olas en Nepal y otros países, porque no es algo que esté sucediendo solo en una región específica.

Para el pueblo que es protagonista de esto, el desafío es enorme. Es decir, el desafío no se da en el marco de este sistema, en el intento de trascender desde el neoliberalismo hacia un capitalismo con rostro humano, entrar en la lógica de la buena gobernanza, de la reducción de la pobreza, la democratización de la vida política, etc. porque todos esos son modos de gestionar la pauperización, que es el resultado de esta lógica.

Mi conclusión –desde una postura enfocada principalmente en el mundo árabe− es que esta no es apenas una coyuntura sino mas bien un momento histórico, que se presenta formidable para el pueblo. Me refiero a la revolución, pero aun si no quiero abusar de ese término, están dadas las condiciones objetivas para construir amplios bloques sociales alternativos anticapitalistas, hay un contexto para la audacia, para plantear un cambio radical.

Fascismo social y financiero en Europa

Jesús Fernández Pazos

Aludíamos recientemente, en una afirmación concluyente, que asistimos en este tiempo a los prolegómenos de un golpe de estado, con la clara pretensión de instaurar una época de fascismo social y financiero en Europa. Dicho nuevo régimen estaría total y absolutamente dominado por la clase económica y financiera, con nombres y apellidos por mucho que pretendan esconderse detrás de eufemismos como “los mercados”. Son aquellos (en su inmensa mayoría hombres) que se sientan en los consejos de administración de las entidades financieras, así como otros, o los mismos, que acuden regularmente a las reuniones de la Trilateral, el Club Bilderberg, Davos, el FMI, el BM y el BCE.
Algunas de las bases para sustentar esta afirmación las encontrábamos en los cambios unilaterales e inconsultos de los textos constitucionales en diferentes países europeos. También en el hecho, atentatorio contra la soberanía popular, de sustituir gobiernos elegidos democráticamente en las urnas por otros, tecnócratas les llaman, elegidos en cónclaves económico-políticos sin autoridad democrática para ello.
Constatamos y subrayamos ahora que mientras decisiones del nivel anteriormente señalado se han tomado casi en cuestión de días, sino de horas, otras resoluciones como la desaparición de los paraísos fiscales o la imposición de una tasa a las transacciones financieras, se alargan indefinidamente en el tiempo hasta que su dilación produzca su olvido. Es decir, aquellas decisiones que allanan el camino hacia lo que el poder económico ambiciona se toman de forma rápida y se trasladan a la clase política, verdadera y simple administradora del primero, para su imposición. Por el contrario, aquellas otras decisiones que pueden aumentar el control sobre esos poderes y recortárselo incluso, no se consideran de prioridad y se diluyen en interminables conversaciones sobre posibles medidas contra la crisis, sabiendo que no tienen intención alguna de tomar determinaciones en esa dirección.
Sumamos ahora un elemento más de este proceso fascistizante y también determinante del mismo: el miedo inoculado a la población. Mediante éste la sociedad asiste con, en algunos casos, aparente despreocupación, pero en los más, con hipnótica sumisión a las continuas y cruzadas informaciones sobre la crisis y las medidas consiguientes que suponen la eliminación de los derechos, sociales y económicos ahora, pronto quizá también políticos, que las luchas de los siglos XIX y XX consiguieron arrancar a las clases dominantes.
Muchos de esos derechos se han conseguido, en esos siglos, por el miedo en que se veían inmersas las clases económicas dominantes ante la disyuntiva de las concesiones sociales justas o las posibles rebeliones populares. Es esa amenaza, unida a la determinación de lucha, la que fue consiguiendo arrancar derechos fundamentales que hoy nos quitan. El giro en la situación está siendo profundo y hoy, en un vuelco de la historia, las clases dominantes han perdido el miedo, usándolo ahora como un arma en este ataque sin precedentes a los derechos conquistados.
Pero el miedo tiene otras dos dimensiones intrínsecas, como es la generación de pasividad y de fatalismo para que nada cambie sino que, en el mejor de los casos, se reforme pero sin alterar las bases estructurales del sistema dominante. Y esa reforma se orienta continuamente al aumento del poder y de los beneficios de las clases económicas dominantes. Así, en estos años de crisis, desde el 2008, hemos asistido a un proceso en el que paulatinamente, las medidas que se han tomado han sido cada vez más descaradas, más insolentes, más sin vergüenza alguna en el camino de robo permanente de los derechos sociales y laborales adquiridos.
Primero se nos decía que la crisis era coyuntural y se identificó a algunos culpables como especuladores y banqueros ávidos de aumentar sus beneficios por medio de las famosas hipotecas basura, aunque no se tomó medida alguna contra ellos. Se remarcaba al mismo tiempo que esa crisis era cíclica y nunca estructural, por lo tanto no demostraba el agotamiento del modelo y la misma se solucionaría una vez se limpiaran los activos contaminados, se sanearan los empresas inmobiliarias, de seguros y bancos y se acotaran algunas sencillas reglas de mercado para una nueva época de bonanza que pronto llegaría.
Después, ante la profundidad cada vez mayor de la recesión, se reconoció una cierta crisis del capitalismo y como se imponía la urgencia por poner coto a la excesiva e irresponsable voracidad de los mercados en su búsqueda incesante de más y más rápidos beneficios. Se empezó, tímidamente, a hablar de la conveniencia de ciertas medidas correctoras a esa acumulación de riqueza, de eliminar los paraísos fiscales, de gravar con nuevas tasas a las transacciones financieras, de…, y ahí saltó la alarma de quienes hoy se demuestran como verdaderos y facciosos poderes imponiendo el miedo a la población y controlando el sistema político.
Era fácil. Hundir a determinados países, siendo éstos los periféricos del mundo rico (Grecia, Portugal, Irlanda) para que el ejemplo fuera más contundente, haciendo nítida la amenaza permanente hacia otros, más próximos al centro de ese mundo. Surgen ahora, como de la nada, las llamadas crisis de la deuda soberana, los enormes déficits públicos y desaparecen los anteriores culpables. Los especuladores, los banqueros, las compañías de seguros, ya no están en el centro del debate, ya no son parte directa en las demandas de responsabilidades. Ahora lo son los estados y, con ello, se muestra a la clase política quien es el que manda realmente y lo conveniente que es olvidar esas medidas atisbadas, que no es que fueran a acabar con el sistema capitalista sino que simplemente querían refundarlo para mayor gloria de sí mismo.
Asistimos con cierta perplejidad a las noticias sobre el progresivo e imparable deterioro de las condiciones de vida de la población en Grecia, las dificultades para llegar a fin de mes de la de Portugal o Irlanda y solo queremos que ese vendaval que todo se lo lleva no nos alcance. Ese es el miedo introducido, acompañado de fuertes dosis de pasividad y fatalismo, que nos inmoviliza, permitiendo que los recortes de derechos sociales y laborales se nos impongan como el mal menor que nos anuncian continuamente. Son medidas duras, dolorosas de tomar para la clase gobernante, pero necesarias para crear las condiciones para salir de la crisis, se nos dice continuamente, a fin de que no protestemos, de que acatemos, de que no pensemos en otras opciones posibles.
Pero es que el poder sabe perfectamente que el miedo, además de allanar en este caso el camino al fascismo social y financiero, obstruye también las posibilidades reales para la transformación necesaria y factible del modelo dominante en su globalidad. Genera la convicción (fatalismo) de que nada se puede cambiar y que solo nos resta salvar lo posible respecto a lo que fuimos y tuvimos (personas con derechos).
Pero esta situación que hoy vivimos no es nueva, aunque como tal creamos sentirla. Gran parte de estas medidas han sido ya ensayadas en otros continentes. Por ejemplo, las políticas más ortodoxas del neoliberalismo, las que hoy vivimos en Europa, en gran medida ya se pusieron en marcha en América Latina a lo largo de los años 80 y 90 del siglo pasado: la privatización absoluta de lo público, el empobrecimiento de las mayorías, las medidas de ajuste estructural impuestas por el FMI y el BM… Y todo ello generó el aumento de la miseria y pérdida de más y más derechos provocando posteriormente la rebelión continua de la población; rebeliones que han traído la oportunidad de construir nuevos modelos de sociedad con una redistribución más justa de la riqueza y con todos los derechos para todos/as. Pero el aprendizaje que se desprende de estos procesos no es la edificación de un nuevo modelo dominante, sino la demostración de que es posible, de acuerdo a las condiciones de cada territorio, la construcción de alternativas que pasen por nuevos modelos políticos, económicos y sociales. Para ello, el primer gran paso, reside en sacudirse el miedo, la pasividad y el fatalismo y eso está en nuestras manos y es nuestra decisión.

Divulgación Económica – EuroMercado y EuroMonedas


Después de Bretton Woods tanto el dólar como la libra esterlina británica (y otras divisas convertibles) eran utilizados como medios de pagos internacionales entre terceros países.
La URSS tenía el problema que para sus transacciones del comercio exterior no podía  utilizar los bancos de EEUU por el miedo de que esos fondos fueran directamente requisados o embargados por los EEUU, por la guerra fría.
Así, en los ’50 la URSS con la ayuda del Chase Manhattan Bank crearon el EuroMercado y las EuroMonedas en la City de Londres que como debéis saber es un sitio off shore pues aunque está ubicada dentro de los límites geográficos de la ciudad  es totalmente autónoma.
La creación del EuroMercado no respondía a nada planificado, no hay actas ni permisos ni legislación ad hoc.
Pero de tal forma esos dólares de la URSS estaban fuera del control de Tesoro y de la Reserva Federal, que se vieron obligados a respetar.
Pero todo cambió en 1958 cuando la libra esterlina dejó de ser una divisa para las transacciones internacionales entre terceros países y fue seguido prontamente por los demás países europeos que también prohibieron la utilización de sus propias monedas, así nació la EuroMoneda.
La definición de la EuroMoneda es toda aquella divisa que está fuera del país que la emite, eurodólares, euromarcos, eurofrancos, europesetas, en realidad cualquier moneda convertible fuera de su país de origen.
Los bancos británicos ante la prohibición de utilizar su propia moneda ofrecían los dólares que pronto inundaron la City, procediendo éstos de las sucursales en el extranjero de los bancos y de las empresas USA, que por una mala regulación de la administración Lyndon B. Johnson preferían quedarse fuera de EEUU, pues representaba más del 50 % de las ganancias de esos bancos y empresas.
Para los países y empresas con dinero el EuroMercado era el paraíso de las inversiones.
Para quien deseara pedir un crédito era como una máquina de liquidez.  
Os recuerdo que estamos hablando de un mercado totalmente sin regulación, sin reglamentaciones, sin supervisión de ningún organismo de ninguna naturaleza.
Se convirtió prontamente en la barra libre de la banca internacional al cual acudían los países soberanos y empresas a pedir préstamos sin la incomodidad de los requisitos del FMI, en el caso de países.
Y para reducir el riesgo inventaron los préstamos sindicados a medio plazo sobre una base renovable a países soberanos o empresas, esto es, que un banco ‘invitaba’ a otros a participar en el préstamo, reduciendo así el propio riesgo y el de los demás.
Para disminuir al máximo el riesgo inherente los bancos renovaban el préstamo cada seis meses. (De aquí las hipotecas con tipos de interés variable de España.)
Con la renovación de los créditos los bancos prácticamente no corren ningún tipo de riesgo sobre el tipo de interés. Su precio es una diferencia determinada por encima de los costes de financiación. Mientras tanto el que ha pedido el préstamo se encuentra en manos del mercado, no tiene ningún control sobre lo que tendrá que pagar por el préstamo que le han hecho. Da igual que sea la Libor u otra referencia, las fluctuaciones del tipo de interés pueden ser importantes. De hecho un deudor puede ver como se duplica el tipo de interés sobre créditos ya utilizados. (De aquí las hipotecas con tipos de interés variable de España).
En el EuroMercado, no se sabe de cuánto dinero hablamos, posiblemente billones.
El EuroMercado se desarrolló en Londres y otros centros financieros europeos.
Por supuesto que a medida que los bancos iban formalizando más y más préstamos sindicados pronto el riesgo se convirtió en un problema grave.
En la mayoría de los casos estos préstamos a países soberanos no tienen garantías colaterales.
Cuando empezaron los problemas de pagos de los países soberanos fueron derivados al FMI  y sus políticas de ajustes para recuperar los préstamos exclusivamente. Léase la banca de España.
Para el EuroMercado nunca se pone el sol.
Los miles de millones de eurodólares, por ejemplo, fluyen de un ordenador de un banco hacia el siguiente.
Los billetes eurodólares, por ejemplo, no existen, son impulsos magnéticos en un ordenador.
El eurodólar, por ejemplo, de hecho no es más que una ficción.
El EuroMercado cambió radicalmente el modo de cómo los bancos hacen sus negocios.
Ellos y sólo ellos determinan quién puede gozar de un crédito, cuánto crédito y en qué condiciones.

PD: esto se inició en los ’50, el término Euro no está asociado a la por ahora moneda común.
PD: se lo debía a Marius y a Pavel. Saludos
PD: Lo más arriba señalado, sigue su curso de ahí que UK nunca entrará en el Euro.
PD: Creo que ha quedado explicitado el porqué de los tipos de interés variable de la banca española, porque en definitiva han tomado los fondos del EuroMercado, así que a ellos también les aplican esos tipos de intereses variables.

 








viernes, 30 de marzo de 2012

Rajoy aplica una ley idéntica a la que llevó al estallido de Argentina en 2001

El mandatario anunció unilateralmente la modificación de la legislación del trabajo en la línea de la flexibilización de Menem y la Alianza.

Lejos de crear empleo profundizará la recesión y los despidos.

Todo para salvar a los bancos.


Ramón Furtado es un catalán de 25 años que trabajó en el gremio de la construcción desde que terminó el colegio hasta que lo echaron de la obra, es decir hasta que se lo permitió la crisis.

Ramón no forma parte del movimiento 15-M, como se conoce a los indignados, aunque sería difícil encontrar algún sentimiento que describa mejor su situación.

Desde mediados de 2010 integra la enorme porción de la sociedad española desempleada (22%), que crece día a día ignorando cualquier pronóstico realizado por los gobernantes (o técnicos) de turno.

Trabajadores como Ramón, acostumbraban a cobrar su indemnización por despido equivalente a 45 días por año trabajado y tenían como tope las 42 mensualidades.

Sin embargo desde la reciente reforma impuesta por el nuevo partido gobernante, el Partido Popular (PP), pasarán a cobrar 20 días por año con un límite de 12 mensualidades a menos que la causa del despido sea extraeconómica (en cuyo caso cobraría 33 días).

La reforma, que permite el despido por la “disminución de ventas o ingresos durante tres trimestres consecutivos”, se ha convertido en el tema más polémico de la actualidad española generando las más grandes movilizaciones de la historia reciente del país.

Como se puede apreciar, no es un caso aislado el de Ramón. En la actualidad hay 5,5 millones de parados y preocupa particularmente la incapacidad que está mostrando el mercado laboral, recientemente reformado, para incluir a los jóvenes en la población ocupada.

Casi la mitad de los españoles entre los 20 y 30 años no encuentran trabajo en medio de un clima cada vez más agitado.

CUANDO EL REMEDIO ES PEOR QUE LA ENFERMEDAD. La reforma impulsada por el gobierno del Partido Popular se autojustifica en la imperiosa necesidad de crear empleo.

Sin embargo sería incorrecto analizar la situación española por fuera de lo que es el contexto europeo en general y el de la zona euro en particular.

La fórmula de mayor ajuste y flexibilización laboral, en rigor, oficia de garantía frente a los bancos tenedores de bonos y las calificadoras de riesgo.

Es que, lo que había nacido como una crisis financiera, mutó de manera extraordinaria en una crisis de los Estados que quebraron intentando salvar el sistema financiero.

El doctor Abraham Gak, fundador del Plan Fénix, consultado por Tiempo Argentino, aseguró que: “El sistema de salvataje financiero y la búsqueda de conservar la rentabilidad impone no prestar atención al bienestar de la sociedad.

En Europa no hay una búsqueda de mejorar las condiciones de vida de las personas sino la rentabilidad bancaria.”

Los mercados mostraron toda su crueldad a la hora de definir la tasa a la que pueden endeudarse estos países, así como la calificación, por parte de las agencias, de la deuda ya emitida.
Grecia fue el primero en caer, su tasa de endeudamiento era demasiado riesgosa para que alguien quisiera tomar más deuda griega al punto que finalmente el gobierno socialista terminó dependiendo de la “troika” conformada por el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI), y la Unión Europea (UE) para no caer en default y arrancar un catastrófico dominó de cesaciones de pagos.

Más tarde, Portugal e Irlanda vivieron situaciones similares, quedando España e Italia (la tercera economía del continente) al borde del abismo.

Se han vivido algunas jornadas de gran incertidumbre acerca del futuro de estas economías y por ende el futuro de la propia eurozona.

Pero la recesión y los ajustes  trajeron el descontento popular y este vino acompañado por múltiples crisis políticas, la aparición en Grecia e Italia de los llamados “gobiernos técnicos”, como la victoria del PP en España son una clara manifestación de este proceso.

Héctor Valle, economista de FIDE, explicó la gravedad de tomar este tipo de medidas: “Lo que está ocurriendo en España y en la Eurozona es particularmente llamativo porque ahí nació lo que se llama la condición laboral, que es la mejora sustancial del nivel de vida de los trabajadores, no solamente por la remuneración sino por todos los progresos en calidad de vida y la realización del trabajador y su familia.

Es casi la destrucción de una civilización, de la vida del trabajador, de su sistema de salud y de su educación. Es muy preocupante.”

DE ARGENTINA CON AMOR. Los argentinos podemos ver en estos ajustes cuestiones que conocemos de nuestra propia experiencia en los ’90, desde la flexibilidad de Menem hasta la de la Alianza.

En este sentido, Gak destacó que “la economía clásica y el neoliberalismo plantean la reforma laboral como eje esencial de la mejora en la productividad de cada obrero sin que esto repercuta en un mayor costo en las empresas.

 Reduce las ventajas del obrero en caso de despido, las indemnizaciones, la flexibilidad laboral en sentido de las multifuncionalidad, se reducen las conquistas de los trabajadores.

En nuestro caso se aplicaron en los ’90 y ahora el modelo español sigue en las mismas condiciones.  Pero va a aumentar el desempleo y los contratos basura.”

Consultado sobre los inspiradores de las medidas adoptadas, el ex rector del Pellegrini, puntualizó: “Tanto el Fondo Monetario, como la troika no han cambiado para nada su estrategia, siguen aplicando lo mismo que fracaso en América Latina.”

ESPAÑA EN EL OJO DE LA TORMENTA. El contexto internacional desfavorable y la incapacidad de devaluar la moneda fueron y siguen siendo grandes problemas para los españoles, que, en vías de mejorar la “competitividad”, han sufrido la política recesiva de ajustar un mercado de trabajo que ya estaba considerablemente deteriorado.

Los trabajadores españoles han rechazado de forma total la reforma, sin depositar esperanza alguna en las modificaciones que pueda sufrir en el Parlamento.

Sin embargo, las direcciones sindicales confían en poder entablar una mesa de diálogo con el gobierno: “Me habría gustado anunciarles que recibimos un llamado del gobierno para abrir una negociación, que debería haber sido convocado antes de aprobar el decreto; pero no es el caso”, declaró Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CCOO.

El enfriamiento de una economía en recesión puede tener consecuencias terribles, fundamentalmente para las capas más necesitadas de la sociedad, a la vez que es difícil que un Estado virtualmente quebrado salga con una fuerte política de gasto.

Los especialistas consultados por Tiempo, Abraham Gak y Héctor Valle coincidieron en su diagnóstico.

El primero aseguró que “estas medidas llevan al fracaso, al incremento de la desocupación, la caída del consumo y la recesión.”

Por su parte el economista de FIDE vaticinó que: “No van a ser más competitivos destrozando el salario.

Lo que van a tener es un mercado interno más chico”, y se animó a comparar estas medidas con las tomadas en nuestro país a fines de la década pasada: “La reforma flexibilizaba el mercado laboral y al caer la Alianza la tasa de desempleo era mayor que antes.

Son medidas que destruyen la defensa de los trabajadores y van al fracaso en términos de crecimiento económico.

Lo que hacen después es remplazar el poder del gobierno por una auditoria externa.”

La reforma laboral implica un ataque a conquistas históricas de la clase trabajadora y constituye una tentativa de salir de la crisis por la vía de las exportaciones en una economía mundial saturada de mercancías.

El gobierno español se encuentra en esta eterna encrucijada y ha optado una vez más por retomar las viejas recetas.

DE MAL EN PEOR. El año 2011 fue un año para el olvido para los trabajadores españoles.

Se perdieron aproximadamente 1000 puestos de trabajo por día, batiendo el récord histórico por enésima vez desde el comienzo de la crisis que va camino a su quinto año.

 Increíblemente, en esta crisis, se ha alcanzado, por tercera vez en los últimos 25 años, el 20% de desempleo.

La situación todavía puede empeorar más durante 2012, de acuerdo con las predicciones de la UE.

Hace tres meses la Comisión Europea todavía preveía un crecimiento del 0,7% del PIB español.

Pero desde entonces la situación ha empeorado: la economía española se contrajo en el cuarto trimestre un 0,3% y la patronal española (CEOE) prevé que la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2012 sitúe la tasa de paro en torno a 5,5 millones de personas.

Los cálculos de Bruselas probablemente se sitúen próximos a los del FMI y del Banco de España, que preveían en enero una caída del 1,7% y del 1,5% del PIB para el conjunto de año.

Resulta evidente, entonces, que la reforma laboral aprobada en 2010 por el anterior gobierno ha servido únicamente para empeorar la realidad de los trabajadores españoles al tener como ejes prioritarios la potenciación de los contratos a tiempo parcial y de la fórmula de la reducción de jornada, la revisión de la negociación colectiva y un Plan de Empleo Juvenil que incluya un contrato en prácticas.

Al gobierno de Zapatero le valió nada menos que una huelga general en un país donde no es nada frecuente esta medida (han realizado sólo seis en los últimos 34 años).

A pesar de conocer todo lo anterior, el gobierno de Rajoy, en defensa de los intereses de los grandes bancos y la patronal española, ha elegido profundizar el camino de su antecesor.

Dispuesto a tolerar todo tipo de protestas y descontentos populares ha ratificado su decisión de dar batalla con el arma de doble filo del ajuste y la flexibilización. 

Amnistías fiscales

Según ha concretado el Ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, quienes se sumen a este proceso de amnistía "evitarán las penalizaciones hoy propias de las declaraciones, de manera que a cambio de pagar un 10% el sujeto pasivo quedaría regularizado y normalizado en nuestro sistema tributario".
Se trata de una "regularización extraordinaria" que "se ha hecho en otras ocasiones y en otros países" como Italia, Reino Unido o Estados Unidos, ha abundado Montoro. Lo que no ha dicho es que cuando la propuso Zapatero ellos se negaron:




Crónica de la huelga desde Barcelona




Escribo esta nota a las 16 horas del 29 de marzo, uno día que, con seguridad de la buena, pasará a la historia del movimiento obrero y ciudadano ibérico. La manifestación de esta tarde, a las 18 horas, no creo equivocarme, será una de las movilizaciones sociales más masivas en la historia obrera de Catalunya. No hay espacio para el error. Hasta altas horas de la noche. Puestos, podríamos tomar incluso el Parlament.Para despejar variables marginales, señalo con pesar –y algo de rabia- “el sentido de estado” de la bancada socialista y su presencia, hoy, en el Congreso de Diputados (¡qué inmenso error, qué inmenso y estúpido servilismo!), así como las declaraciones del mediodía del más vomitivo (y hay muchos desde luego) de los políticos profesionales españoles, el unionista-cristiano-Hotel Palace, Duran i Lleida. El éxito de una huelga, ha dicho en el tono de chulería perdonavidas que le caracteriza, “se valora por la consecución de sus objetivos. El de esta hulega era cambiar la ley de reforma laboral. No creo que el gobierno cambie nada en la reunión del Consejo de Ministros de mañana”. ¿Piensa que nos falta fósforo? Es probable, la élite antidemocrática suele pensar así. ¿Le sobran toneladas y toneladas de mala leche y de prepotencia de clase? La derecha y las grandes corporaciones, que tan bien representa, lo han hecho así.
Unos apuntes más. Diversos tuiteros han detectado farolas encendidas a mediodía en varias poblaciones. ¿Por qué? Por incrementar, sea como sea, el consumo energético del país. Algunos dirigentes "peperos" y olé han decidido maquillar la demanda eléctrica -que ha disminuido sustantivamente en industrias y fábricas- con el encendido del alumbrado público. ¡Viva la austeridad, viva el control del innecesario gasto público! Consecuentes (e imbéciles) hasta el sonrojo.
Un trabajador de la edición gallega de El País informa que han hecho huelga 11 de los 12 trabajadores (más del 90%) de la redacción y que han conseguido que no hubiese cuadernillo de información de Galicia. En el conjunto del periódico, comenta este mismo trabajador, han secundado la protesta alrededor de un 75% de los periodistas. La edición con 32 páginas apenas ha llegado al país de Castelao: los transportistas estaban en huelga y lo mismo las rotativas del grupo Prisa. Definitivamente: la línea editorial del diario monárquico-imperial-global-clasista no tiene nada que ver con las posiciones de sus trabajadores.
Un informe sobre consumo eléctrico, elaborado por ECONOMISTAS FRENTE A LA CRISIS, que vale la pena tener en cuenta: el consumo de electricidad imputable a la actividad productiva ha caído -hasta las 13h del 29M- un 87,7% . En la huelga de 2010 (contra el gobierno PSOE y su contrarreforma laboral) fue del 68,4% y en la huelga de 2002 (contra el decretazo de José Mª Aznar-ENDESA) fue del 85,0%. El turno de noche ha tenido un seguimiento absoluto con caídas hasta las 7h de la mañana superiores al consumo que se produce en un día festivo.
Conclusión de este admirable grupo de economistas: la gran industria ha parado prácticamente en su totalidad. Es imprescindible resaltar, señala el informe, “que este indicador… no trata de contar trabajadores en huelga sino los MW/h consumidos en la actividad productiva durante la Huelga”. Como es comprensible, añaden, la huelga no tiene incidencia sobre el consumo de los hogares que no desconectan electrodomésticos, calefacciones e iluminación. Es decir, el dato que dan los medios de “desinformación” –no de información- de descenso de consumo del 21% es erróneo: no se esta distinguiendo entre el segmento de consumo de electricidad de los hogares y el debido a la actividad productiva [1].
Acabo las notas añadiendo otra más directamente relacionada con los piquetes sin compasión empresariales: mi compañera ha hecho huelga jugándose varias cosas en su empresa-fundación (que cuida a enfermos mentales); mi cuñado no ha hecho huelga a pesar de ser un rojazo y estar en contra del decretazo que él llama medieval. Temía, con datos y razones, que lo arrojaran a la cuneta. Mi cuñada, farmacéutica, tampoco ha podido hacer huelga, compartiendo el criterio de su hermano. Se jugaba también el puesto de trabajo. Su compañero, también farmacéutico, está en el paro. Sobraba; la farmacia, generando beneficios, no generaba lo suficiente para la empresaria-farmacéutica. Son muestras significativas de las condiciones en que ejercemos realmente nuestro derecho a la huelga
La huelga en Barcelonesa: la ciudad de despidió emocionada a las Brigadas Internacionales ha estado tomada por la ciudadanía, sin complejos y pacíficamente, a pesar de que a partir de las 12 horas los Mossos d’Esquadra han hecho acto de presencia con los métodos a los que nos tienen acostumbrados. Música de resistencia y esperanza, manifestaciones espontáneas, cierre de Zara, del Popular y de El Corte Inglés, y basura , como es justo y razonable, a la puerta de la Bolsa de Barcelona. ¡Que les den en sus inversiones y en sus cálculos sin alma!
Gente, mucha gente, trabajadoras y trabajadores de toda edad y posición. Los iaioflautas, activistas de CCO y UGT, del 15M, de CoBAS, de la CGT, de otros sindicatos alternativos, y jóvenes, muchos jóvenes, que han sido capaces de enfrentarse con coraje –he estado pegado a algunos de ellos- a los Mossos d’Esquadra y sus “contundentes actuaciones” neofranquistas. Tienen a uno de los políticos más odiosos de la clase política convergente en el puesto de mando, Felip, el Puig, y la insoportable levedad de su idiotez neofacista.
¿Qué inferir de lo vivido hasta ahora? Resumo para no cansar: la importancia, la decisiva importancia de la unidad. Juntos podemos. No es retórica. Podemos. Somos más, mucho más de los que ellos quieren, cuentan y desean. Hay tantos puntos de unión, hay tantos programas reales, con sentido, justificados, que podemos intentar. Hay tantas formas de solidaridad que podemos practicar. Hay tantas formas de avanzar respetando disidencias y posiciones no coincidencias, que todo, todo, es posible y queda mucho por hacer. Se trata, tan sólo es eso en esencia, de ver y sentir al compañero-a como compañera-o. Lo que es. La clase obrera, las clases trabajadoras no tenemos por qué visitar ningún paraíso ni incuso añoramos su existencia. Sólo queremos, como dijera aquel maestro –rojo donde los hubiera- de estudiantes, obreros y ciudadanos que fundó la revista mientras tanto, “que tras esta noche oscura de la crisis de una civilización despuntara una humanidad más justa en una Tierra habitable, en vez de un inmenso rebaño de atontados ruidosos en un estercolero químico, farmacéutico y radiactivo”. ¿No es eso lo que queremos?
¿Se acuerdan de aquellas viejas consignas que teníamos guardadas, un poco arrinconadas, en algún cajón? “El pueblo unido jamás será vencido”. Pues hoy sonaban de nuevo y tenían nuevo y significativo sentido. Así que, aunque yo cante muy mal, les echo un cante (de Luis Pastor si memoria ha acuñado bien esta moneda enrojecida). ¿Preparados? Con tú quiero y con mi puedo vamos juntos compañera, vamos junto compañero…
Vamos juntos, hasta enterrarlos (metafóricamente, sólo como metáfora) en el mar. Ya no se trata de modificar esta contrarreforma medieval ni de echarla debajo de golpe, ni estar en contra de los recortes sociales o de la política económica suicida del gobierno (del de “Madrid” y del de Barcelona). No, no se trata sólo de eso. Se trata de otra cosa, anunciamos algo nuevo: ¡abajo la era del capital, abajo el capitalismo, abajo la edad de la explotación, la codicia y la opresión! Empecemos a construir un mundo nuevo que, como quería el poeta, podemos ya empezar a imaginar. Entre todos, entre todas.
PS. Son las once de la noche. Éramos miles y miles, centenares de miles, no puedo precisar más, las personas que hemos ocupado esta tarde el centro y las calles próximas de la ciudad. La protesta ciudadana contra la política antiobrera de los gobierno central y autonómico ha sido masiva, como pocas veces se ha vivido en la “ciudad de los prodigios”. Sin embargo, no puede negarse que la gran movilización de trabajadoras y trabajadores se ha visto alterada por otras manifestaciones y por enérgicas intervenciones policiales. Más allá de agentes infiltrados, probables provocaciones, resistencias no pacíficas a agresiones que no pueden generar sólo respuestas pacíficas, no estoy en condiciones de decir nada de interés sobre lo sucedido aparte de señalar –por si acaso fuera necesario- que no parece que ningún policía haya resultado herido y sí, en cambio, han sido heridos o golpeados algunos manifestantes, con detenciones en algunos (Quemar los 225 contenedores que parecen se han quemado esta tarde en la ciudad, desde el punto de la vista de la violencia, más allá de las llamas y el efecto de las imágenes televisivas, no es comparable a la violencia que la patronal catalana y española ejercen día tras día sobre millones de ciudadanos trabajadores).
El alcalde convergente de la ciudad ha realizado una –estudiada- intervención a las 10 de la noche de unos 15 minutos, sobrepasando probablemente sus funciones de responsable municipal, donde esencialmente ha anunciado un endurecimiento de la política represiva y una mayor dotación para la guardia urbana, pidiendo a un tiempo medidas idénticas para los otros cuerpos policiales. ¡El dinero público puede usarse sin problema para esos fines policiales!
Francesc Homs, el portavoz del Gobierno, ha intervenido unas horas antes, a las 7 de la tarde, y ha tenido el cinismo –que le suele caracterizar- de decir que su gobierno comprendía muy bien el malestar de la ciudadanía, sus protestas, sus reivindicaciones. ¡Como el cemento armado! ¡Ellos que han apoyado la contrarreforma, han recortado servicios sociales básicos y han eliminado el impuesto de sucesiones para los ricos! Sus palabras indican, eso sí, que son conscientes del malestar generado, de la rabia acumulada y de la masiva respuesta ciudadana a la política antiobrera que ellos están apoyando y ejerciendo desde el primer día de su mandato. Tienen un rostro inconmensurable, repleto de hormigón, pero son muy conscientes –no son nada estúpidos- del alcance y el éxito de la movilización obrera de este gran día de lucha que ha sido el 29 de marzo. Otro día para la historia de la dignidad y resistencia obreras.