viernes, 4 de enero de 2013

Borrando países del mapa: ¿Quién hace que fallen los “Estados fallidos”?

Washington se dedica a destruir una larguísima lista de países


Michel Chossudovsky
Global Research

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens






“En todo el mundo se ha propagado un peligroso rumor que podría tener implicaciones catastróficas. Según la leyenda, el presidente de Irán ha amenazado con destruir Israel, o, para repetir la cita incorrecta: ‘Debe borrarse a Israel del mapa’. Contrariamente a la opinión general, esta declaración nunca se hizo…” (Arash Norouzi, Wiped off The Map: The Rumor of the Century Enero de 2007)

“EE.UU. ha atacado, directa o indirectamente, a unos 44 países de todo el mundo desde agosto de 1945, a algunos de ellos muchas veces. El objetivo confeso de esas intervenciones militares ha sido efectuar un ‘cambio de régimen’. Los disfraces de “derechos humanos” y “democracia” se evocaron invariablemente para justificar lo que fueron actos unilaterales e ilegales”. Profesor Eric Waddell, The United States’ Global Military Crusade (1945- ), Global Research, febrero de 2007.

“Este es un memorando [del Pentágono] que describe cómo vamos a eliminar a siete países en cinco años, comenzando por Irak y luego Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán y, para terminar, Irán”. Dije “¿Es confidencial?” Dijo, “Sí señor”. Dije: “Bueno, no me lo muestre” (General Wesley Clark, Democracy Now, 2 de marzo de 2007).


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¿Quién está “Borrando países del mapa”, Irán o EE.UU.?

Durante un período que se denomina eufemísticamente “era de posguerra” –que se extiende desde 1945 al presente– EE.UU. ha atacado directa o indirectamente a más de 40 países.

Mientras los dogmas de la política exterior estadounidense se basan en la “difusión de la democracia”, el intervencionismo de EE.UU. –a través de medios militares y operaciones clandestinas– ha llevado a la desestabilización total y a la partición de naciones soberanas.

La destrucción de países forma parte de un proyecto imperial estadounidense, un proceso de dominación global. Además, según fuentes oficiales, EE.UU. tiene un total de 737 bases militares en países extranjeros (Datos de 2005).

La noción de “Estados fallidos”


El Consejo Nacional de Inteligencia (NIC), con sede en Washington, en su informe Global Trends (diciembre de 2012) “predice” que 15 países en África, Asia y Medio Oriente se convertirán en “Estados fallidos” hasta 2030 debido a su “potencial de conflictos y males medioambientales”.

La lista de países del informe de 2012 del NIC incluye Afganistán, Pakistán, Bangladesh, Chad, Níger, Nigeria, Mali, Kenia, Burundi, Etiopia, Ruanda, Somalia, R.D. Congo, Malawi, Haití, Yemen.

En su anterior informe de 2005, publicado al principio del segundo período de Bush, el Consejo Nacional de Inteligencia había predicho que Pakistán se convertiría en un “Estado fallido” en 2015 “ya que será afectado por la guerra civil, una talibanización total y la lucha por el control de sus armas nucleares”.

Pakistán fue comparado con Yugoslavia que fue despedazada en siete Estados después de una década de “guerras civiles” patrocinadas por EE.UU.-OTAN.

El pronóstico del NIC para Pakistán fue el de un “destino parecido a Yugoslavia” en un “país partido por la guerra civil, el derramamiento de sangre y rivalidades interprovinciales” (Energy Compass, 2 de marzo de 2005).

Mientras se dice que los Estados fallidos “sirven de refugio a extremistas políticos y religiosos” (p. 143), el informe no reconoce el hecho de que EE.UU. y sus aliados, desde los años setenta, han apoyado de modo clandestino a organizaciones religiosas extremistas como un medio para desestabilizar naciones-Estado seculares soberanas. Pakistán y Afganistán eran Estados seculares en los años setenta.

Un “estatus de Estado fallido” al estilo de Yugoslavia o Somalia no es el resultado de divisiones sociales internas, es un objetivo estratégico implementado mediante operaciones encubiertas y acción militar.

El Fondo por la Paz, con sede en Washington, cuyo mandato es promover “seguridad sostenible mediante la investigación”, publica (anualmente) un “Índice de Estados fallidos” basado en una evaluación de riesgos. 33 países son identificados como “Estados fallidos”.

Según el Fondo por la Paz, los “Estados fallidos” son también objetivos de terroristas vinculados a al Qaida.

“La clasificación anual de naciones por el Fondo por la Paz/Política Exterior para señales de problemas de Estados fallidos/frágiles tiene lugar mientras aumenta la alarma internacional debido al establecimiento por parte de extremistas vinculados a al Qaida de un refugio basado en un Estado en el norte de Mali para la expansión yihadista”.

Sobra decir que no se menciona la historia de al Qaida como un recurso de los servicios de inteligencia de EE.UU., su papel en la creación de divisiones faccionarias e inestabilidad en Medio Oriente, Asia Central y África subsahariana. Las actividades de las unidades yihadistas de al Qaida en la mayoría de esos países forman parte de un diabólico plan de inteligencia encubierta.

“Estados más débiles” y “fallidos”: Una amenaza para EE.UU.


Según el Congreso de EE.UU., usando una lógica retorcida, los “Estados fallidos más débiles” constituyen una amenaza para la seguridad de EE.UU. Esto incluye “varias amenazas surgidas de Estados que se describen diversamente como débiles, frágiles, vulnerables, fallidos, precarios, fracasados, en crisis o colapsados”.

Mientras la Guerra Fría concluía a principios de los años noventa, los analistas se percataron de un entorno emergente de seguridad internacional, en el cual Estados débiles y fallidos se convirtieron en vehículos del crimen organizado transnacional, caminos de la proliferación nuclear y puntos álgidos de conflictos civiles y emergencias humanitarias. Las potenciales amenazas a la seguridad nacional de EE.UU. que plantean loa Estados débiles y fallidos se hizo más evidente con el ataque de al Qaida a EE.UU. del 11 de septiembre de 2001, que Osama bin Laden organizó desde el refugio asegurado por Afganistán. Los eventos del 11-S llevaron al presidente George W. Bush a afirmar en la Estrategia Nacional de Seguridad de EE.UU. de 2002 que “Estados débiles, como Afganistán, pueden plantear un peligro tan grande para nuestros intereses nacionales como los Estados fuertes”. (Weak and Failing States: Evolving Security, Threats and U.S. Policy, informe de CRS al Congreso de EE.UU., Washington, 2008)

Lo que no es mencionado en ese informe de CRS al Congreso es que los “puntos álgidos de crimen organizado y conflicto civil” son el resultado de operaciones encubiertas de inteligencia de EE.UU.

Está ampliamente documentado que la economía de la droga afgana, que genera más de un 90% del suministro mundial de heroína, está vinculada a una operación multimillonaria de lavado de dinero que involucra a grandes instituciones financieras. El narcotráfico desde Afganistán, está protegido por la CIA y las fuerzas de ocupación de EE.UU.-OTAN.

Siria: catalogada “Estado fallido”


Las atrocidades cometidas contra la población siria por el Ejército Libre Sirio (ELS) patrocinado por EE.UU.-OTAN crean condiciones que favorecen la guerra sectaria.

El extremismo sectario favorece la desintegración de Siria como nación-Estado así como la caída del gobierno central de Damasco.

El objetivo de política exterior de Washington es transformar Siria en lo que el Consejo Nacional de Inteligencia (NIC) llama “Estado fallido”.

El cambio de régimen implica que se mantenga un gobierno central. A medida que se desarrolla la crisis siria, la jugada final ya no es “cambio de régimen” sino la partición y destrucción de Siria como nación-Estado.

La estrategia de EE.UU.-OTAN-Israel es dividir el país en tres Estados débiles. Informes recientes en los medios dan a entender que si Bashar Al Asad “se niega a dimitir”, la alternativa es un Estado fallido como Somalia.

Un posible “escenario de desintegración” del que habla la prensa israelí sería la formación de Estados separados e “independientes” suní, aluí-chií, kurdo y druso.

Según el general Yair Golan de las FDI [ejército de Israel] “Siria está en guerra civil, lo que llevará a un Estado fallido y el terrorismo prosperará en él”. Las Fuerzas de Defensa de Israel analizan actualmente “cómo se desintegraría Siria”, según el general Golan (Reuters, 31 de mayo de 2012)

“Temo lo peor… el colapso del Estado y que Siria se convierta en una nueva Somalia”.

“Creo que si este problema no se encara correctamente, el peligro es la ‘somalización’ y no la partición: el colapso del Estado y la emergencia de señores de la guerra, milicias, y grupos combatientes”. (Ibíd.)

Lo que el enviado de la ONU no mencionó es que la desintegración de Somalia fue deliberada. Formó parte de un plan encubierto militar y de espionaje de EE.UU., que ahora se aplica a diversos países en Medio Oriente, África y Asia, que son catalogados “Estados fallidos”.

La pregunta principal es: ¿quién está haciendo fallar los Estados fallidos? ¿Quién los está “eliminando”?

La desintegración planificada de Siria como Estado soberano forma parte de un plan integrado militar y de inteligencia regional que incluye a Líbano, Irán y Pakistán. Según las “predicciones” del Consejo Nacional de Inteligencia, se piensa que la desintegración de Pakistán ocurrirá dentro de los próximos tres años.

Michel Chossudovsky es escritor, profesor emérito de Economía en la Universidad de Ottawa, fundador y director del Centro de Investigación sobre la Globalización (CRG), Montreal y editor del sitio en la web globalresearch.ca. Es autor de The Globalization of Poverty and The New World Order (2003) y de America’s “War on Terrorism”(2005). Su más reciente libro es Towards a World War III Scenario: The Dangers of Nuclear War (2011). También es colaborador de la Encyclopaedia Britannica. Sus escritos han sido publicados en más de veinte idiomas.

Fuente: http://www.globalresearch.ca/destroying-countries-transforming-syria-into-a-failed-state/5317160

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