sábado, 11 de febrero de 2012

Cooperativismo en España

El cooperativismo reúne en sí mismo las notas de empresario y trabajador. El sistema cooperativo limita la remuneración del capital, haciendo que se perciba sólo un interés fijado de antemano.La mayor proporción de los beneficios obtenidos por las actividades desarrolladas por las cooperativas van a engrosar el denominado Fondo de Reserva y de Obras Sociales; por ello, la cooperativa es una productora de dinero social. Además, el sistema cooperativista suprime las empresas de economía mixta, haciendo obsoletas las nacionalizaciones de empresas y de sectores económicos. Lleva, pues, a la práctica el ideal socialista..., sin implantar el marxismo ni ceder en el capitalismo.

Dentro de este esquema básico, el cooperativismo tiene una regla de oro: un hombre, un voto; mostrándose neutral en lo político y profesional.

En España, el sistema cooperativo se encuentra sumido hasta la fecha en una situación de total abandono por parte de los poderes públicos, los cuales no solamente le han negado el más mínimo apoyo, sino que le han puesto una serie de obstáculos hasta conseguir hacerle prácticamente imposible su desenvolvimiento.

Precisamente en unas tierras donde el cooperativismo ha crecido como parte integrante de las propias costumbres, como es el caso del País Vasco, Cataluña, La Mancha o del País Valenciano. En una nación donde se han creado cooperativas que han servido de modelo al resto del mundo, y« donde fuimos capaces de elaborar y aplicar una ley de Cooperativas que ha marcado un hito en la normativa mundial sobre la materia.

Nos estamos refiriendo a la ley del 9 de septiembre de 1931, que fue elaborada por expertos de muy distintas ideologías en el seno del famoso Instituto de Reformas Sociales. En ella se ha inspirado la gran mayoría de los países, tanto europeos como americanos, siendo aún recordada con nostalgia por los viejos cooperativistas vascos, catalanes, manchegos o levantinos.

Un movimiento controlado

Acabada la guerra civil, el nuevo régimen elaboró una nueva ley, de fecha 2 de enero de 1942, y su reglamento del 11 de noviembre de ese mismo año. El cooperativismo se subordinó a "los intereses nacionales". Sometiendo a las cooperativas a la tutela absoluta del sindicalismo oficial. A tal efecto, se creó la Obra Sindical de Cooperación, cuyo único fin era controlar el movimiento cooperativo, limitando lo más posible su eficacia en la práctica.

Lógicamente, el contexto político, social, cultural y económico de esos años no daba cabida en su interior a un sistema tan avanzado socialmente y tan progresivo en la distribución de bienes y riquezas.

Consecuencia de todo ello, y salvo excepciones contadas, como es el caso de Mondragón, se consiguió yugular el cooperativismo a fuerza de emplearlo como fórmula sustitutiva en negocios de escasa viabilidad, o en aquellos otros en que el capital no vislumbraba una rentabilidad rápida y segura para sus inversiones. Todo ello remachado con una labor de descrédito, a la que las cooperativas de viviendas prestaron -mal dirigidas, sin un asesoramiento serio y sin fiscalización alguna- toda su colaboración. Mientras, cerca de 15.000 cooperativas, que habían crecido contra corriente con sus propios y limitados medios, sin ningún tipo de ayudas, demostraban que el espíritu cooperativista no se podía acallar.

Ante esta situación, la Administración pública dictó, el 19 de diciembre de 1974, una nueva ley de Cooperativas, algo más adaptada a los nuevos tiempos, y que borraba algunas de las cortapisas que imposibilitaban nuestra entrada en los organismos cooperativos internacionales.

Con este paso parecía que los malos tiempos pasaban. La realidad, en cambio, ha sido muy otra. Tuvieron que transcurrir más de cuatro años para que apareciera en el BOE el correspondiente reglamento. De esta manera se consiguió paralizar la tímida reforma.

Ante esta situación, la Constitución española de 1978 reconoce taxativamente en su articulado la necesidad del cooperativismo en la sociedad española actual, al establecer su artículo 129 que los poderes públicos fomentarán, mediante una legislación adecuada, las sociedades cooperativas".

Hasta el momento, la ansiada reforma de acuerdo con lo establecido por la norma constitucional no se ha llevado ala práctica.

El anterior partido gubernamental, UCD, elaboró un proyecto de ley de sociedades cooperativas que fue remitido al Congreso de los Diputados en el mes de mayo de 1980, y que no ha sido informado por la correspondiente ponencia hasta el pasado mes de mayo de 1982. Dicho proyecto es una tímida reforma que deja incólumes los graves problemas que el sistema tiene actualmente y que ya hemos apuntado.

Ante esta situación, el PSOE se enfrentará ante el hecho, ya casi consumado, de tener que aprobar un texto legal elaborado con unos criterios claramente restrictivos y recesivos en lo social, económico y político o, por contra, elaborar otra normativa adecuada a los nuevos tiempos, tecnificando, prestigiando y haciendo más arraigada la fórmula cooperativa.

En este sentido, el presidente González Márquez ha anunciado en la sesión de investidura que presentará en 1983 un proyecto de ley de cooperativas agrarias. Sin. embargo, estimamos que debería articularse una ley general de cooperativas, pues algunas de ellas, como son las de viviendas, ya han adquirido un desarrollo muy importante.

25.000 cooperativas

Máxime teniendo en cuenta que actualmente existen en nuestro país más de 25.000 sociedades cooperativas, de las que sólo aproximadamente el 20% son agrarias. Este importante número de cooperativas ha crecido contra corriente y dan trabajo a dos millones de españoles en todos los sectores económicos, y ello sin contar los puestos de trabajo inducidos, donde, como en el caso del sector de la construcción de viviendas, es una magnífica fórmula de paliar el paro existente en España.

Confiarnos en que nuestros actuales gobernantes, a la mayor brevedad, y conscientes de la importancia que para este país tiene el cooperativismo, lo impulsen administrativamente y apoyen financieramente, haciendo realidad el que desarrollemos nuestras ideas, sin desvirtuarlas, máxime cuando han inspirado legislaciones y actuaciones en otros países.

15 comentarios:

  1. A ver si podéis conseguir que se vea el texto.

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    1. fantástica entrada Marius, lo que demuestra que estamos en lo cierto. Pero dudo que el actual gobierno impulse el movimiento cooperativista, lo tendremos que desarrollar sin contar con su aprobación o consentiminento, nos obligan a ello.
      Cooperativismo=desarrollo.

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  2. El actual gobierno no impulsará nada que favorezca al pueblo, todo lo contrario, debemos ser nosotros los que lo consigamos. Estás en lo cierto.

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  3. Veo que todos lo tenemos claro.

    Demos por tanto prioridad a este asunto, dotando a la pestaña de contenido y divulgando esa información por todos los medios a nuestro alcance, individual y colectivo.

    Por mi aprte, a través de diversos contactos que tengo en 'la Mondragón¡', trataré de obtener documentación válida para nuestro propósito.

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    1. De maravilla Pavel.
      El Noi del Sucre tambien tiene buenos contactos en el cooperativismo catalán, y yo le ayudaré en lo que pueda (acompañamientos, desplazamientos, recabar información...).
      Esta sección nos dará mucho trabajo pero puede ser muy gratificante si lo hacemos bien, y nos puede ayudar a que la opinión pública y la sociedad tambien nos vean como parte de la solución, y no únicamente como parte desestabilizadora (que tambien).
      No lo tendremos listo en un día ni tres, pero pronto empezaremos a trabajar en ello unos cuantos en el área de Barcelona, y cuando se defina la organización y estructuración del blog, las células o comités zonales de cualquier parte del territorio ya podrán hacer los mismo en su zona o región teniendo unas pautas claras y diáfanas.
      Nos ponemos en ello en seguida.

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    2. Ahí estamos, Pavel, que el movimiento se demuestra andando, sí señor.

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    3. Compañeros, es muy estimulante vuestro entusiasmo. El lunes a primera hora, para empezar me pondré en contacto con gente de La Mondragón y a ver adonde nos lleva.

      Junto a los compañeros de Marinaleda, son los colectivos con más experiencia y me consta que espíritu participativo.

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  4. Amigos, me pareció haber visto ya un enlace a Facebook pero ahora no lo encuentro y lo necesito para colgarlo en mi perfil, en el que he redactado una entrada informativa y esoy pendiente de ello para pulsar 'PUBLICAR'.

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  5. Pavel, a ver si entras por aquí, aunque quiera tener tiempo para reformar toda esa página en Facebook.
    http://www.facebook.com/profile.php?id=100003533708976&sk=wall

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  6. En Las Torres de Cotillas (Murcia) una conocida cooperativa va a abrir nuevas instalaciones. Los contratos se han hecho a través de la bolsa de empleo del ayuntamiento, es decir, para familiares y amigos. La corrupción llega más lejos de lo imaginado.

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    1. Salud, Anónimo.
      Es cierto que también hay corrupción en algunas cooperativas, sobre todos las puestas en marcha por instituciones como ayuntamientos y sindicatos del régimen (acordaos de la cooperativa inmobiliaria de UGT, que estafó a miles de trabajadores, y hasta hoy).
      ¿Sabes por qué? Porque son cooperativas que traicionan el modelo desde su fundación. El cooperativismo es un sistema productivo de abajo a arriba, horizontal, no vertical. Desde el momento en que una institución se enfunda el traje cooperativista desconfía: es como si un tigre se apuntase a la liga vegetariana. (Excepción: Marinaleda).
      También es cierto que la clase trabajadora española está tan embrutecida y es tan analfabeta políticamente que no tiene ni idea de lo que se lleva entre manos. Ya sé que es un mensaje un tanto pesimista, pero ya dijo Lenin (aquí no se le hace ascos a nadie que sea válido) que el primer deber de un revolucionario es conocer la realidad. Es la única manera de empezar a cambiarla.
      Salud.

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  7. Hola Anónimo, bienvenido.
    La corrupción en este pais ya ha sobrepasado la cuota de lo imaginable.
    Es bueno eso que apuntas, el señalar a quienes usan el cooperativismo como pantalla para vaciar el arca pública, para enriquecerse y delinquir. Si alguna vez tenemos que defendernos de los ataques mediáticos de la derecha, ese tipo de información (contrastada) no vendrá de maravilla.

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